1
Lo ideal es optar por colores cálidos, estos aportan una sensación de calor, positivismo y alegría. Puede ser rojo, amarillo, dorado o naranja. Inclúyelos en la cocina, en la sala o en los cuartos de televisión o en el estudio.
2
Si no te animas a realizar un cambio tan radical; puedes pintar las paredes de color blanco o beige, que ayudarán a contrastar. El objetivo es eliminar lo gris, los tonos obscuros u opacos de tu casa.
3
No te limites en emplear el amarillo: éste aporta energía y alegra el entorno. Úsalo en cojines, cuadros, flores, manteles, trapos de cocina, en una canasta de frutos artificiales o en cualquier objeto decorativo.
4
Suprime los colores pastel; sobre todo el azul y el rosa y opta en cambio por tonos verdes brillantes; también evita el verde olivo o militar.
5
Incorpora plantas en tu entorno, si tienen flores, mucho mejor. Las plantas (y el verde) son elementos que aportan renovación y ánimo y las flores brindan siempre un toque alegre en las habitaciones.
6
Es importante que entre luz de sol y que la casa se encuentre ventilada todos los días, de lo contrario, el ambiente podría afectar nuestro estado de ánimo.
7
Coloca imágenes o frases que te inspiren, que te motiven, que te hagan sentir bien.
8
Si es necesario, cambia de lugar los muebles, tira lo que no te sirva y has una limpieza profunda.
9
Coloca un sachet, una vela aromática o inciensos con olores frutales o florales, esto elevará la energía en el ambiente.
10
Ten al menos un florero con flores de colores alegres, eso te elevará el ánimo y también aportará un agradable olor.
11
También te ayudará tener una mascota; un perro o un gato te ayudarán a combatir la depresión.