1
Evita ponérselo cuando el bebé viaje en automóvil, ya que en caso de accidente puede lastimarse, sobre todo si éste está hecho de un material duro
2
De una sola pieza para evitar que alguna parte se desprenda y el bebé pueda tragársela y asfixiarse
3
La manija debe aguantar una presión de entre 6 y 8 kilos sin desprenderse (lee las instrucciones del producto y cerciórate de que no exista riesgo). Haz una prueba sencilla: jala la manija muy fuerte y si no se rompe es un producto seguro
4
Es importante que tenga un aro de seguridad suficientemente grande (de 5 centímetros) para evitar que se trague el bulbo
5
El material debe ser suave y flexible para que el niño no se lastime en caso de sufrir una caída
6
Lee las instrucciones del empaque y revisa que cumpla con todas las pruebas de toxicidad e irritabilidad establecidas, es decir, que no provoque alergias dermatológicas, como salpullidos, al contacto con la saliva y la piel del bebé
7
Busca que tenga listón o una cadenita para evitar que se caigan al suelo, también para que no se enrede en su cuello y pueda estrangularse. No cuelgues el chupón cuando esté sólo
8
El bulbo debe adaptarse perfectamente su paladar, de esta manera evitarás deformaciones en sus dientes. En el mercado encontrarás chupones muy semejantes al pezón materno. El bulbo de silicón es ideal para los recién nacidos
9
La concha debe ser en forma de mariposa que se ajusta cómodamente a la boca del bebé
10
Evita los endulzados o rellenos de miel, porque al cristalizarse se endurecen y pueden lastimarle las encías
11
Evítalo si tu bebé no come bien o no está subiendo de peso adecuadamente