5 síntomas de deshidratación

La deshidratación es la pérdida de agua y sales (sodio y potasio), debida a una excesiva sudoración o a los vómitos y diarrea. La pérdida de agua es más grave cuando el niño es muy pequeño (sobre todo en lactantes de 1 a 12 meses).
Paso a Paso
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Puedes identificar la deshidratación si tu hijo presenta alguno de estos síntomas:

Sequedad en la piel y las mucosas
Signo del pliegue: si tomas la piel del bebé entre los dedos y al soltarla tarda más de dos segundos en desaparecer
Fontanela o mollera hundida (ésta es la membrana situada entre los huesos de la bóveda craneal antes de su completa osificación)
Ojos hundidos
Respiración acelerada (puede notarse en las costillas)
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¿Qué tratamiento se debe seguir?
El tratamiento de la deshidratación depende del motivo que la está ocasionando. Si los vómitos son graves, la rehidratación debe hacerse por vía intravenosa. Si el niño tolerara la alimentación por la boca, lo que se recomienda normalmente es tratarlo por la vía oral con sueros indicados para este tipo de padecimientos.
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Como siempre, lo más recomendable es que ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, lleves a tu hijo de inmediato a consulta con el pediatra.