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Son tan sólo tres los virus que provocan esta enfermedad: los denomidados virus de la influenza A, B y C. Éstos tienen la capacidad de modificar su estructura para impedir que las defensas que desarrolló el organismo anteriormente tengan la misma eficacia cuando ataquen de nuevo.
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El virus de la influenza tiende a provocar grandes epidemias, es decir, tiene la capacidad de afectar a un gran número de personas en un tiempo relativamente breve.
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El contagio de la enfermedad es fácil, el tiempo de incubación corto, y los anticuerpos o defensas inmunológicas de las personas no detectan ni atacan al virus durante las fases iniciales del contagio.
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La influenza ocasiona cada año pequeños o grandes brotes en las ciudades o regiones, que duran semanas y desaparecen tal como aparecieron: repentinamente, sin previo aviso. La única manera de detener un brote epidémico es separar a los enfermos de los sanos.
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La prevención es lo que detiene la epidemia de influenza y no el tratamiento. Por eso deben vacunarse todas las personas susceptibles de contraer la infección.
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Entre las personas más predispuestas a contraer la influenza y sus complicaciones se encuentran los ancianos y niños pequeños, embarazadas, personas debilitadas o con enfermedades crónicas (diabetes, cirrosis, cáncer, insuficiencia renal o cardiaca, enfisemas, bronquitis crónica, asma).
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La influenza es una enfermedad que puede ser tanto leve como grave. Cuando es leve provoca apenas mucosidad en la nariz, un poco de tos y dolor de garganta durante unos tres días. Cuando es grave, provoca infecciones pulmonares como neumonías y bronconeumonías.
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Los síntomas de la gripe son tan variables que incluso puede ser que una persona la pase sin darse cuenta, con sólo una sensación de malestar que le dura dos o tres días (se siente como “apaleado”, pero puede mantenerse activo).
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El virus se transmite de persona a persona a través de la saliva y mucosidad que se eliminan con la tos y los estornudos. El contagio se produce mayormente en lugares cerrados donde se reúnen muchas personas y es difícil la ventilación : autobuses, metro, oficinas, guarderías, colegios, universidades, cines.
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La influenza se trasmite también a través de las manos contaminadas con el virus o con los objetos que permanecen en contacto directo con las personas. El paciente con influenza contagia más o menos durante siete días a partir del inicio de los síntomas. Los niños, en cambio, durante y hasta dos semanas eliminan el virus cada vez que tosen.
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El período de incubación de la influenza es corto: varía entre 1 a 3 días, lapso en el que se presentan los síntomas de la enfermedad.
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Suele presentarse en forma súbita con todos o algunos de estos síntomas:
Dolor de garganta
Escalofríos, dolores musculares y sensación de encontrase mal
Fiebre alta durante dos o tres días, seguida de fiebre moderadas otro par de días. Casi nunca hay fiebre después del sexto día de influenza
Nariz tapada y luego mucosidad nasal, liquida al principio y más espesa después
Estornudos
Tos al principio seca, pero luego más intensa
Conjuntivitis
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Entre 5 y 10 días, los síntomas van desapareciendo poco a poco, el enfermo se siente mejor y todo va terminando.
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El tratamiento antiviral no acorta la influenza sino que la hace más soportable. Este tipo de medicamentos ayuda a fortalecer las defensas naturales del organismo contra el virus, pero no funciona como antibiótico que sólo puede atacar a las bacterias.
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La complicación más probable es la infección pulmonar o neumonía, tanto sea la producida por el mismo virus de la gripe como la producida por bacterias que sobre infectan al paciente.
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Hay diferencias importantes, entre la influenza en niños y adultos, en cuanto a los síntomas y las complicaciones:
Los niños tienen fiebre más alta (39 ó 40 grados)
Los niños suelen presentar síntomas del aparato digestivo (dolor abdominal, vómitos) además de los propios de la influenza
El virus de la gripe puede manifestar laringitis obstructivas -cuadro de mucho cuidado-
Como complicaciones, los niños suelen tener otitis, sinusitis, rinitis y cuadros obstructivos bronquiales
Naturalmente el peligro inminente de presentar bronconeumonía o neumonías
Se pueden presentar complicaciones encefálicas o de otros órganos, sobre todo si están ingiriendo ácido acetilsalicílico.