10 Cosas que Nadie Advierte del Posparto

Una vez que nace tu bebé te enfrentas a situaciones que nadie te dijo y ante las cuales te sientes completamente indefensa e incapaz de solucionar. No te preocupes, en algún punto todas las madres atravesamos por lo mismo y con el tiempo verás que no sólo lo resuelves, sino que te convertirás en toda una experta como mamá. Aquí encontrarás 10 cosas que nunca advertiste del postparto.
Paso a Paso
1
Milagrosamente todos saben más sobre bebés que tú

“¿Le cambiaste bien el pañal”, “Cargarlo de esta manera es mejor”, “Lo estás acostumbrando a los brazos”. Para estos casos lo más sano resulta decir que sí a todo y guiarte por tu propio instinto materno, pues finalmente es TU hijo y nadie lo entenderá mejor que tú.
2
Amamantar puede ser realmente difícil

Puedes lograrlo en el segundo intento o tardar meses en conseguirlo; sin embargo, no existe ninguna razón para sentirse mal, hay mil maneras más de establecer vínculos con tu hijo. Lo más recomendable es contar con el apoyo de especialistas en lactancia y, si fuera el caso, aceptar de forma consciente que quizá la leche materna no es la mejor opción para ti y tu bebé.
3
Tu recámara parecerá una juguetería

De pronto un día te das cuenta que el tocador hizo a un lado tus carísimas cremas para hacer espacio a mamilas y chupones, mientras en tu vestidor, se combina las últimas prendas de moda que compraste, con pañales y cambiadores por montón. Enfrentas ahora que tu recámara ya no es sólo tuya.
4
Tampoco hay espacio disponible en tu auto

La sillita, la pañalera, los juguetes que lo mantengan entretenido, la cobija por si hace frío, etc, etc, etc. No te importa que parezca que te encuentras en medio de una mudanza, cualquier cosa que tu bebé pueda necesitar es importante. No te preocupes que con el tiempo, irás identificando qué es realmente necesario y qué es aquello de lo que puedas prescindir.
5
Tu perfume será ahora “lavanda para rozaduras con un toque de toallitas húmedas”

Aunque es igual de importante no dejar de lado tu propio cuidado físico, en ocasiones, por más que te esfuerces no lograrás deshacerte de una pequeña estela de ese aroma característico a bebé. ¡No te desesperes, disfruta y presume esta etapa que no durará por siempre.
6
La idea de visitas solo es buena si vienen a ayudar

Aunque deseas compartir con todos la felicidad de ser madre, llega un punto en el que todo el trabajo que el bebé requiere te deja la agenda al límite, ¿ponerte linda para las visitas y arreglar todo para recibirlas?, imposible. No hay nada de qué alarmarte, quien desee conocer a tu bebé lo hará sin importar nada más, es perfectamente comprensible.
7
Piensas por qué no llevabas una rutina de ejercicio antes de ser mamá y comienzas a ver de otro modo la cirugía estética

Tenías el tiempo, tenías la energía y podías invertir en ello. ¡Basta! Deja de culparte por ello, mientras no pierdas la voluntad por llevar un mejor estilo de vida, lograrás encontrar el tiempo por muy complicado que parezca.
8
Puedes sentirte culpable por no agradecer a cada momento la maternidad

Cuando te sientes fatigada de los llantos, de cambiar pañales y mantenerte dispuesta a alimentar a tu bebé, recuerdas que no todas las mujeres tienen el privilegio de conocer lo que es la maternidad. Sin embargo, sentirte cansada no es una razón para sentirte culpable ni te hace una mala madre, descansa y acepta ayuda de la gente que muestra disposición en hacerlo.
9
No quieres que termine esta etapa pero deseas con ansias que acabe pronto

Así es, una vez más emociones encontradas te llevarán a experimentar la sensación de estar atravesando por una etapa maravillosa que no quieres que termine nunca, pero al mismo tiempo, no puedes esperar para escuchar sus primeras palabras, verlo dar el primer paso y jugar con tu hijo en el patio. Sólo nos queda recomendarte ser paciente, “todo a su tiempo”.
10
Empiezas a pensar que no hay mejor idea que tener un hijo único

¿Recuerdas aquellos planes para tener 3 o 4 hijos?, 2 niños y 2 niñas decías. Pues ahora te parece que tener un solo hijo es perfecto y no necesitas más. Lo mejor en este momento es no pensar en ello, con el tiempo y la comunicación con tu pareja podrás decidir qué es lo que realmente desean para su familia.