Qué es la Caminata Sensorial y cuáles son los beneficios para los niños

Durante la infancia, los niños reciben guía de cómo explorar el mundo, conocer texturas, aprender de olores, formas, sabores. Muchas veces sucede con las manos, pero desde hace muchos años, hacerlo a través de los pies ha sido una gran clave para conocer y entender muchos comportamientos diarios. Por eso, te contamos cuáles son los beneficios de la caminata sensorial y por qué es importante para la infancia.

Con información de Goodstart Early Learning, Australia.

Revisado por el Equipo Editorial de Kiwilimón

Jessica Alcántara

Paso a Paso

Desde que un niño comienza a gatear, es indispensable guiarlo para que conozca e identifique formas, texturas y éstas le van a poder ayudar a desarrollar ciertas destrezas en su día a día. Por eso, te contamos los beneficios más comunes de las caminatas sensoriales y por qué son tan importantes.

Las caminatas sensoriales ayudan a que los niños aprendan a concentrarse mejor o incluso sepan qué hacer cuando no pueden concentrarse. Deben mantener el foco en lo que están pisando y en lo que están sintiendo en el momento.
No olvidemos que la Reflexología, demuestra que existen canales naturales en el cuerpo que conectan desde los pies a la cabeza y que unen diferentes zonas del organismo.

La caminata sensorial también promueve el desarrollo de resolución de problemas. Y esto es porque los niños se enfrentan a texturas y sensaciones poco conocidas, que los llevarán a saber qué hacer con esas emociones.

También fortalecen la seguridad y el equilibrio. Por ejemplo, muchos niños pueden mejorar el equilibrio al caminar sobre texturas más rígidas e incluso semillas. Sin embargo, es importante que el niño elija el tipo de textura porque puede llegar a sentir cierta incomodidad.

De hecho, los beneficios de la caminata sensorial van desde divertirse, hasta explorar la conciencia del espacio y la coordinación. Y es que el hecho de que tengan que seguir un pequeño caminito, los lleva a enfocarse en tiempo y forma.

Y claro, no sólo tocando algo con las manos puedes conocer su textura u olor. De hecho, hacer ciertas cosas con los pies desarrolla el sentido del tacto, del olfato, de la vista y del oído.

Dato: Las caminatas sensoriales pueden hacerse con texturas de todo tipo y con las que los niños se sientan seguros y cómodos.