1
Limpia tus uñas, quita cualquier residuo de barniz viejo. Puedes usar un quita esmalte que no contenga acetona, con esto dañas menos tus uñas y no resecas tu piel.
2
Lima tus uñas para darles forma, la que más te guste. Si trabajas mucho con tus manos probablemente te conviene usarlas cortas y cuadradas. Antes de empezar a limarlas asegúrate de que estén bien secas
3
Prepara un bowl con agua tibia y un poco de jabón, remoja tus manos de 5 a 10 minutos, para que estén suaves.
4
Seca tus manos con toallas de papel y con mucho cuidado talla de forma circular, sobre cada cutícula.
5
Empuja hacia atrás la cutícula usando una herramienta especial para esto, es un palillo de madera parecido al de una brocheta pero con una punta que sirve especialmente para empujar cutículas sin dañarlas, las venden en las tiendas de belleza. Nunca cortes la cutícula, este es un error en el que incluso los profesionales caen, evita dolor e infecciones.
6
Limpia debajo de las uñas. Quita la suciedad o restos de crema.
7
Aplica una cantidad generosa de crema humectante y masajea tus manos por algunos minutos, hasta que ésta se absorba por completo.
8
Prepara tus uñas para el barniz. Retira cualquier resto de grasa o crema de las uñas, ya que la presencia de estos puede interferir con el resultado final, haciendo que queden marcas o burbujas.
9
Cubre el palillo que utilizaste para las cutículas con un poco de algodón o con un pañuelo desechable, sumérgelo ligeramente en acetona. Da una pasada rápida a cada uña. Con esto tu manicure durará perfecto mucho más tiempo.
10
Prueba la técnica de 3 brochazos. Primero da una pasada con barniz por el centro de la uña, de la cutícula hacia afuera. Da los otros 2 brochazos por las orillas. Deja secar la primera capa de 3 5 minutos dependiendo del grosor de la misma. Aplica una segunda capa. Termina tu manicure con una capa de barniz transparente.